En Justo antes de la guerra con los esquimales, el cuento de J.D. Salinger, dos chicas adolescentes en Nueva York vuelven a casa después de un partido de tenis. Ginnie Mannox se queja de que su amiga Selena Graff no ha compartido el pago del taxi desde que comenzaron a jugar juntas. Selena le replica que ella es quien lleva las latas de pelotas nuevas a cada partido. Ginnie le responde que no le cuestan nada porque el padre de Selena trabaja en el lugar donde las fabrican e insiste en que le pague lo que le debe ese mismo día porque necesita dinero para ir al cine esa noche. Las chicas se desplazan a casa de Selena porque esta no tiene el dinero en mano. Tendrá que pedírselo a su madre que se encuentra enferma y ese es un lío…
En fin, al llegar a casa de Selena, Ginnie se queda esperándola en la sala y es ahí en donde conoce a Franklin, el hermano de Selena. Franklin se ha herido el dedo con una hoja de afeitar y es alrededor del dedo ensangrentado que se dessarrolla el diálogo entre los dos. A sus 24 años Franklin tiene mala postura y es un tanto descuidado con su cuerpo. Padece de una enfermedad del corazón relacionada con una fiebre reumática que sufrió en la niñez. Franklin tiene ideas extrañas como por ejemplo, pensar en que todo mundo quiere enlistarse en el ejército para ir a la próxima guerra que será con los esquimales y que a ella solo podrán asistir los mayores de sesenta años. Ginnie también descubre de que Franklin estuvo enamorado de su hermana a quien este acusa de ser una vil snob. Franlin le ofrece un medio sandwich de pollo a Ginnie. Ella lo rehusa pero después de que Franklin insiste, le da una mordida y lo esconde en el bolsillo de su sobretodo.
Mientras Franklin se va a afeitar, entra en escena Eric, un amigo de Franklin, quien traba conversación con Ginnie. Eric se queja de que un escritor a quien le había dado alojamiento en su casa y a quien había conectado en el mundo de los productores de teatro, se ha marchado robándole una gran cantidad de pertenencias. Eric admira el sobretodo de piel de camello de Ginnie y le habla de Beauty and the Beast, la fina película de Cocteau a que asistirá con Franklin. Tal parece que Eric se ha dado la tarea de refinar los gustos de Fraklin a quien solo parecen gustarle las películas de vaqueros, de gangsters y las musicales.
Cuando vuelve Selena con el dinero, Ginnie ha tenido un cambio diametral. Es claro que el cambio se debe a las conversaciones que ha tenido con Fraklin y con Eric. Ginnie se niega a que Selena le de el dinero. En efecto, a Ginnie ya no le interesa ir sola al cine y quiere volver esa misma noche a una visita social a casa de Selena. ¿Qué es lo que ha provocado el cambio en Ginnie? ¿Se ha enamorado de Franklin? ¿Será que su mundo adolescente es tan aburrido que las conversaciones con Eric y Franklin, dos jóvenes mayores, le han abierto el camino a una visión más interesante de la vida?
Al final del cuento, cuando Ginnie camina hacia su casa, encuentra el sandwich en el bolsillo de su chaqueta y luego de estar a punto de botarlo, lo guarda de nuevo. Es como que si Ginnie no quiere apartarse de un objeto que la conecta con Franklin. Lo mismo sucedió con un pollito que se le había muerto hace tres años y cuyo cuerpo guardó durante tres días antes de decidirse a desecharlo.
Muchas cosas giran en torno a los objetos materiales en este cuento. Por ejemplo:
- Ginnie juega con Selena porque ella trae bolas nuevas de tenis a los juegos a pesar de que Selena le cae mal por aburrida.
-Ginnie comparte con su familia la imagen de un sirviente en casa de Selena que en vez de servirles jugo de tomate, les sirve una lata de bolas de tenis en una bandeja.
-El pleito entre las dos se da al rededor del dinero que Ginnie está gastando más de la cuenta.
-A Eric lo ha despojado de sus pertenencias un escritor en el que puso su confianza.
-Eric manifiesta una gran admiración por el sobretodo de piel de camello de Ginnie.
-Franklin insiste en ofrecerle el medio sandwich a Ginnie.
En un mundo de post-guerra en que las relaciones se definen por el valor de los objetos materiales, el poder emotivo de un medio sandwich de pollo –- un objeto sencillo y de poco valor -- así como la idea ingénua de que la próxima guerra la lucharán los viejos contra los esquimales, parecen acarrear la fuerza de un romanticismo que podría desatar la avalancha de una verdadera… ¿amistad?
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Este post ha sido inspirado por el Proyecto Salinger, un esfuerzo de veinte blogs por hacer una lectura masiva de las los Nueve Cuentos del escritor estadounidense, J.D. Salinger. El proyecto también pretende recabar las reseñas y comentarios de los participantes.
©Carlos Parada
me encantó . y si habré pensado sobre este texto .. Gracias
Posted by: Carolina | March 08, 2009 at 10:03 PM