"Hacia allí nos dirigimos con miradas ansiosas y pasos intranquilos, cuerpos que reman en la corriente del tiempo, incesantemente arrastrados por el deseo". Pedro Zabalaga.
I. Schopenhauer, Nietzsche y el arquetipo de la salamandra
El vocablo Salamandra, según estudios etimológicos, es una palabra compuesta proveniente del idioma persa que combina el sustantivo fuego con el adjetivo interno. La asociación con el fuego parece haber surgido de la práctica de la quema de troncos que forzaba el escape de las salamandras que en ellos se albergaban.
En la gama de arquetipos occidentales, la imagen de la salamandra ha sido utilizada para representar tanto el asceticismo y la pureza como también el deseo y la tentación. Una interpretación es que el fuego es un elemento que purifica pero que a la vez tiene el poder de consumir. Por su calidad de anfibios, las salamandras también han sido asociadas con el agua, lo cual refuerza la idea de la purificación. Fuego y agua son fuerzas elementales contrarias asociadas con la salamandra. La simbología occidental alrededor de la salamandra, sin embargo, parece hacer más hincapié sobre el elemento del fuego.
Según el filósofo alemán Arturo Schopenhauer, existe una diferencia entre la percepción y la realidad del mundo. En otras palabras, las apariencias son meras manifestaciones de una realidad interna. Esa realidad subyacente, para Schopenhauer es la voluntad o el deseo y es en esas fuerzas en las que él percibe la fuente del sufrimiento humano. Para abordar ese sufrimiento universal Schopenhauer prescribe el ascetismo.
El controversial filósofo Friedrich Nietzsche, por su parte, sostendrá que el ascetismo es la fuente de toda represión y que esta representa la negación de la vida. Por lo tanto, Nietzsche se tomará la tarea de plantear la tesis contraria mediante la cual se reafirmará la vida a través de la satisfación de las fuerzas humanas representadas en la voluntad y el deseo. Esta es, sin lugar a dudas, una tesis radical y peligrosa ya que representa un rompimiento con las normas de la filosofía y la teología que forman las bases del pensamiento del status quo occidental.
En otras palabras, mientras que Schopenhauer emprende la tarea de apagar las llamas de la salamandra, Nietzsche se aprestará a alimentar el fuego con la leña.
II. El fuego de la salamandra en La materia del deseo de Edmundo Paz Soldán
La materia del deseo, una seductora novela del boliviano Edmundo Paz Soldán, se encuadra cabalmente en las tesis filosóficas de Nietzsche. Esta novela propone un mundo en el que el choque entre las apariencias exteriores y la realidad interna será definido por una dinámica en la que los personajes centrales se dejarán llevar por la satisfacción de la voluntad y el deseo. Tal condición plantea una trama en la que los protagonistas vivirán por voluntad propia al borde del peligro. Es decir, el tema central girará en torno al fuego del deseo de la salamandra, una imagen clave que aparecerá repetidas veces en el transcurso de la novela.
En ese sentido, el personaje de Ashley es arquetípico. Ashley es la femme fatale del cabello pelirrojo como las llamas y los ojos verdes como el agua, que a su paso irá dejando las cenizas de su fuego: The ashes of Ashley. Ashley, es una joven estudiante de doctorado en una universidad del estado de Nueva York. A los veinticuatro años de edad más o menos, está a meses de casarse con un estudiante de post-grado holandés cuando decide entrar en una relación sexual con Pedro Zabalaga, su profesor de política latinoamericana y el protagonista de la novela.
La búsqueda de la felicidad no está en la mira de Ashley. Para ella "No es bueno ser feliz" porque la "la felicidad es un sentimiento muy simple". A Ashley le fascina el riesgo y es por eso que pasa horas en internet ejerciendo la compra y venta de acciones en la bolsa de valores. Según ella, no es el dinero lo que le interesa. Su actividad en la bolsa de valores "is very risky (es bien riesgosa) y eso es lo que me atrae". Como veremos más adelante, el juego con el riesgo será la fuerza motriz que la exaltará sobremanera en sus relaciones pasionales.
Pedro Zabalaga, a su vez, es un personaje cínico y ensimismado que ya ha estado en líos por acostarse con sus alumnas en su trabajo anterior como profesor en una universidad. Pedro es diez años mayor que Ashley y obviamente, ella no le atrae como objeto de amor sino que como objeto sexual irresistible, pero más que nada porque Ashley significa la emoción de vivir al borde del peligro. Esta afirmación se evidencia en la noche en que Pedro lleva a Ashley a la casa donde ella vive con Patrick, su prometido. En esa escena presenciamos a Pedro y a Ashley haciendo el sexo en la oscuridad del portal de la casa mientras que en una de las habitaciones de arriba, sin darse cuenta de lo que sucede, Patrick toca el saxofón. Antes de que eso suceda, Ashley se ha encargado de informarnos que Patrick es celoso y que puede ser violento. Es decir, la búsqueda de la emoción que brindan el riesgo y el peligro de apostar en la bolsa de valores se manifiesta también en las relaciones íntimas de Ashley. En la escena del portal, Pedro comenta que "a Ashley la excitaba cada vez más el riesgo, el saber que Patrick andaba cerca y podía descubrirnos". Queda de sobra decir que la combinación del deseo con el peligro que Ashley fragua es la potente fórmula que también embriaga a Pedro.
Cuando todo mundo en la universidad se entera de lo que sucede entre los dos amantes, Pedro decide escaparse de la situación pidiendo licencia para ir a Bolivia a escribir un libro sobre su padre, un presunto héroe y mártir de izquierda en la lucha revolucionaria por la democracia en ese país.
Pedro se ha quemado en las llamas del deseo pero evita su destrucción por puros giros del azar.
III. Pedro Reissig y la sexualidad desenfrenada
Pedro Zabalaga no se ha criado con su padre, Pedro Reissig –- un personaje mítico y complejo. Las opiniones sobre Reissig fluctúan en extremos diametralmente opuestos. Por un lado, se le celebra como al héroe y mártir que libró la lucha armada en contra de la dictadura militar en Bolivia. La leyenda de Pedro Reissig es tal que en Río Fugitivo, el pueblo de origen de los Reissig, existe un parque en donde se yergue una estatua en su imagen. Reissig murió en una emboscada que el ejército le tendió al Comité central del Movimiento Al Socialismo (MAS), la organización guerrillera que este dirigía. La celada fue realizada exitosamente a raíz de la traición de René Mérida, uno de los miembros de dirigencia de la organización. Además de vérsele como héroe y mártir, a Pedro Reissig también se le considera como un gran personaje de la literatura boliviana por haber escrito la novela Berkeley, una obra de culto repleta de símbolos y claves que para muchos es una alegoría de la lucha revolucionaria del MAS.
A la vez, existen opiniones negativas de sobra sobre el héroe y mártir de la revolución. Pedro Reissig también es visto como un asesino sin causa, un terrorista que ha provocado la muerte de personas inocentes, un traidor a la revolución, un líder dogmático, implacable y violento, y hasta un mujeriego de bragueta suelta.
¿Pero quién es Pedro Reissig? Esa pregunta arde en llamas en la mente de Pedro Zabalaga.
La búsqueda de Pedro tras las pistas de su padre lo conducen a explorar la imagen de la salamandra que se encuentra repetidas veces en Berkeley, la novela de Reissig. Las salamandras son mencionadas por primera vez cuando después de haber leído Berkeley, Ashley le comenta a Pedro: "Your dad was crazy about salamanders" ("Tu padre estaba loco por las salamandras").
En Río Fugitivo, la primera persona que le dice a Pedro Zabalaga quién es La salamandra es el narcotraficante Jaime Villa. Según Villa, La salamandra es Miguel Arnez, un chico homosexual en la secundaria a la que Villa y Reissig asistieron en la adolescencia. De acuerdo con Villa, Pedro Reissig asesinó a Miguel Arnez por razones puramente homofóbicas. La versión oficial de la muerte de Arnez, sin embargo, es que se trató de un suicidio. Dada la poca credibilidad de Jaime Villa, lo más probable es que la historia que él cuenta sobre Miguel Arnez sea más bien una referencia a la sexualidad de Pedro Reissig como se verá más adelante.
La segunda mención de la salamandra la hace Ricardo Mérida, un periodista e hijo del difunto ex-revolucionario René Mérida. René, según la versión imperante sobre el destino del MAS, fue el traidor de la célula revolucionaria que dirigía Pedro Reissig. De acuerdo al testimonio de Ricardo, La salamandra es Elsa, la mujer de David (el tío de Zabalaga y ¡hermano de Pedro Reissig!) con quien el máximo dirigente sostenía una descarada relación amorosa. Las pruebas que presenta Ricardo son unas cartas que él descubrió en un cajón que René, su padre, dejó en su casa antes de morir. Las cartas están escritas a máquina con la firma de Reissig. Sin embargo, las cartas no mencionan el nombre de Elsa y son encabezadas con el saludo: “Adorada Salamandra”.
David Reissig, el tío de Pedro y hermano de Reissig aporta la tercera referencia a La salamandra. David revela que La Salamandra era el pseudónimo de René Mérida y que René era el "confidente" de Pedro Reissig en la célula revolucionaria. Como uno de sus principales dirigentes, René conocía a fondo los planes estratégicos del grupo. No sabemos exactamente por qué René traicionó a sus camaradas revelándole a las autoridades los planes estratégicos que le permitieron al ejército neutralizar las acciones revolucionarias del MAS y finalmente a destruirlo. Es posible que haya sido porque Pedro Reissig era un dirigente dogmático e implacable. En efecto, Pedro Reissig ya había ejecutado a dos revolucionarios por sospechas de traición.
Sin embargo, existe otra clave que Paz Soldán nos pone a nuestro alcance. Si el Tío David está en lo cierto de que La salamandra era René Mérida, es lógico que las cartas que Ricardo Mérida le da a Pedro, no estaban dirigidas a Elsa sino que al propio René Mérida ("Adorada Salamandra"). Esto significa que Pedro Reissig, no solo se estaba acostando con la mujer de su hermano (algo que todos lo sabían) sino que estaba teniendo una relación homosexual oculta con René Mérida, su camarada y confidente. Si esto es así, al darse cuenta de que Pedro Reissig había perdido la fé en la revolución y que estaba a punto de escaparse para Berkeley con Elsa, René debió haber decidido ponerle fin a la empresa revolucionaria pasándole la información a la inteligencia militar del ejército. En otras palabras, su amante estaba a punto de abandonarlo, con lo cual la traición se reduciría a un acto pasional causado por los celos y no al resultado de las consecuencias de una lucha revolucionaria por la liberación del país. Es decir, el fuego pasional de La salamandra, se encarga de asestarle el golpe de venganza a la empresa revolucionaria. El hecho de que las cartas estaban en un cajón en la casa de René Mérida, aporta un fuerte aval a esta interpretación. ¿Cómo es posible que las cartas hayan llegado a manos de René si no es porque iban dirigidas a él? Este razonamiento, también llevaría a la especulación de que la experiencia que narra Jaime Villa con respecto a Miguel Arnez, en vez de un asesinato, pudo haber sido una experiencia homosexual entre Reissing, Arnez y Villa. Las pistolas, al fin y al cabo, son un símbolo fálico. En un libro lleno de símbolos, claves e imagenes sugestivas, esa idea no sería una exageración aunque no existen pruebas para corroborarlo.
Al final de la novela Carolina, la amante de Pedro en Río Fugitivo, le entrega a este una caja de zapatos que contiene unas cartas y fotografías. Esos documentos dan cuenta de una relación intensa entre el tío David y la esposa de su hermano, Pedro Reissig. Es decir, los documentos le revelan a Pedro que su padre, probablemente no es Pedro Reissig, sino que su tío David. La poliandria "fraterna" queda al descubierto: Pedro Reissig se acostaba con la esposa de su hermano David, pero obviamente, años atrás, el tío David también se había acostado con la esposa de su hermano Pedro. Es esta la "justa retribución" de la que habla David y por la cual este tiene que tragarse los cuernos que descaradamente le pone su hermano.
El sexo, en este sentido, no puede ser interpretado como una exploración de amor, sino como una arma más de poder.
IV. Conclusión
Paz Soldán no se afana por concluir la novela con lecciones moralistas. Al ir más allá de la represión moral de Schopenhauer y permitir la exploración de la voluntad y el deseo como lo plantearía Nietzsche, Paz Soldán ha encontrado la clave de una expresión dramática y explosiva en la que por definición no habrán finales agraciados o personajes encantadores. Llevada a sus últimas consecuencias, la llama del deseo que arde en el arquetipo de un amfibio indefenso, se convertirá en el arma de fuego que pondrá al descubierto la esencia más oscura del carácter humano.
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Fuentes:
1. Gane, Laurence y Chan, Kitty, Introducing Nietzsche, Icon Books, Cambridge, Reino Unido, 1999.
2. Paz Soldán, Edmundo, La materia del deseo, Alfaguara, Colombia, 1a. edicion, octubre de 2001.
3. Wikipedia: http://www.wikepedia.org
©Carlos Parada
Hola Carlos;
Muy interesante y profundo tu analisis.
El comentario que tengo es que mientras lei el libro siempre me imagine que el protagonista ensena en la Universidad en Madison, Wisconsin. El profesor si habia ensenado en una Universidad de N.Y. y de ahi habria salido por involucrarse con alguna estudiante.
Posted by: Liliana Ravioly | May 27, 2008 at 09:52 PM